Puerto Rico aceptó la Eliminación de la seccion 936.
Todo el mundo coincide que uno de los aspectos esenciales en la crisis actual de Puerto Rico es la derogación de Sección 936 del Código de Rentas Internas de los Estados Unidos (cuya derogación se produjo mediante la ley federal núm. 104-188 de 20 de agosto de 1996 y cuyos efectos se empezaban a aplicar en el año 2005). Con su derogación se ha eliminado los beneficios económicos a las empresas que se se radicaban en la Isla, lo que ha limitado sustancialmente la actividad económica.
Uno de los aspectos más controvertidos ha sido precisamente el papel que tuvieron las autoridades puertorriqueñas de la época en la derogación de la referida sección. En la Carta dirigida al Presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el 15 de diciembre de 1995, que se adjunta a este texto, se puede apreciar que el Gobernador de la época, “apoya de forma entusiasta” la decisión de eliminar este régimen fiscal privilegiado. Un régimen que se eliminó en el peor momento, justo cuando el NAFTA estaba dando sus primeros pasos y las ventajas cualitativas de Puerto Rico desaparecerían, ya que México tenía unos salarios más bajos y unos menores costes de transporte de mercancías a los EE.UU.
Es cierto que la aceptación de la derogación no era íntegra: “With this respect to this entire subject, however, I wish to emphasize that we do not advocate the retention of Section 936 as such. Instead (in a modification of the plan that I submitted to you in september), we strongly urge that the wage-credit incentive be preserved through the creation of a new section 45(c) of the Internal Revenue Code”.
Pese a que la copia que me ha llegado de la carta no es clara, creo que se puede leer lo suficientemente bien que l Gobernador de la época aceptó la eliminación de la sección 936. La responsabilidad está en las autoridades estadounidenses y puertorriqueñas de la época. Nunca sabremos que hubiera pasado si no hubiera sido así.

¡Hola Julio!
Aunque la carta nos puede dar la perspectiva del gobernante anexionista de la época, no creo que un tono diferente demandando la retención de la sección 936 tuviera éxito. Aunque quisiera, el gobierno local no tenía la fortaleza e influencia legislativa necesaria para salvar la sección 936 del código de Rentas internas Federal de los Estados Unidos.
La lucha entre un robusto partido Republicano que controla ambas cámaras y un congreso liderado por un obstinado y motivado Newt Gingrich, enfrentó a un presidente Bill Clinton debilitado, procurando reelección y defendiendo febrilmente Medicare, Medicaid y el salario mínimo. La sección 936 fue una de las fichas de negociación y por ende víctima de ese impasse político.
Dan Burton, el congresista por el estado de Indiana resume en sus palabras el sentir Republicano sobre la sección 936 en su ponencia durante las discusiones que dieron paso a su eliminación:
“There are companies in Puerto Rico today, pharmaceutical companies and others, that are getting as much as $200,000 in tax credits to hire one person making $50,000. Let me repeat that. They are getting a $200,000 tax credit for some jobs where they only pay $50,000. And for the past 20 years, they were supposed to create jobs in Puerto Rico. They created 100,000 jobs, many of those people came from the United States to go down there. There were 100,000 jobs created. In the last 20 years, they have not created one more job, and we continue to give these huge tax credits. It is about $5 billion over a 5- to 6-year period; $5,000 million. These corporations do not want to give up these tax credits. Now, we wanted to use these tax credit moneys as offsets for these other things in these bills so there would be some balance. In other words, we were going to do away with, phase out the 936 program, and use those tax credits, those moneys to offset other expenses in the bills that we are talking about here today.”
Entiendo el deseo de nuestro pueblo Puertorriqueño de otorgarle un aura de mayor poder e influencia al gobernador de la isla, pero en la realidad es un poder limitado al no tener la fortaleza legislativa federal. Nuestra realidad es que ante el congreso Norteamericano tenemos una “voz tenue” sin voto.
Este hecho histórico, un tanto olvidado, refuerza nuestra necesidad de una solución permanente de equidad representativa o una que ofrezca total autonomía. Las tragedias de los últimos años lo siguen confirmando.
!Saludos desde Puerto Rico!
Raúl Burgos